sábado, 30 de mayo de 2009

SEGUNDA GUERRA CHINO-JAPONESA

La Segunda Guerra Chino-Japonesa, transcurrió entre los años 1937 y 1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó cuando el ejército japonés, que ya controlaba Manchuria, inició la invasión del norte y el este de China. La invasión concluyó con la rendición de Japón en 1945.



ANTECEDENTES:
La Segunda Guerra Chino-Japonesa supuso la culminación de la tensión creciente entre China y Japón, que se remontaba a la anterior guerra entre los dos países. Tras la Primera Guerra Chino-Japonesa, Japón había incorporado ya Taiwán a su territorio, y los planes expansionistas de este país continuarían durante el principio del siglo XX. Al final de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles (1919) había concedido a Japón numerosos privilegios comerciales en China, que causaron un gran resentimiento entre la población china, que desembocó en las protestas populares del Movimiento del Cuatro de Mayo en ese día del año 1919. A partir de 1931, Japón establecía el estado títere de Manchukuo en Manchuria, ante la impotencia de la República de China, gobernada por el partido nacionalista Kuomintang (KMT), que parecía incapaz de garantizar la integridad territorial del país.


INVASIÓN JAPONESA:
Esta tensión creciente se convertiría en una guerra abierta el 7 de julio de 1937, tras el incidente del Puente de Marco Polo, cuando tropas japonesas estacionadas en Manchuria se enfrentaron al ejército de la República de China en las cercanías del Puente de Marco Polo, unos veinte kilómetros al oeste de Pekín. Esta batalla comenzó porque las tropas japonesas creían erróneamente que uno de sus hombres había sido hecho prisionero por los chinos. Japón exigió disculpas formales a China, lo cual fue rechazado por el hombre fuerte de China en aquellos momentos, el Generalísimo Chiang Kai-shek, quien ordenó al ejército luchar contra los japoneses en el norte y el 14 de agosto mandó a la fuerza aérea del ejército chino a bombardear los barcos de la marina japonesa anclados frente a las costas de Shanghái.
La violenta reacción china provocó la movilización del Ejército Imperial Japonés, que en poco tiempo había logrado hacerse con el control de la región de Pekín y Tianjin en el norte, y que luego atacó a la bahía de Hangzhou en el sur.
La guerra abierta con Japón puso fin a los intentos de Chiang Kai-shek de unificar el país. Ante el avance japonés, el gobierno del Kuomintang se vio obligado a abandonar la capital Nanjing, replegándose hacia el interior, primero a la ciudad de Wuhan y, después, a la ciudad interior de Chongqing, lugar remoto desde el cual parecía difícil llevar a cabo una contraofensiva.
El ejército japonés ocupó la mayor parte de la franja costera oriental de China, controlando los principales centros de producción económica. Al régimen títere de Manchukuo se sumaron otros tres regímenes títeres, uno en Mongolia Interior, que los japoneses querían separar de China como habían hecho con Taiwán y Manchuria, y otros dos regímenes títeres en Pekín y Nanjing. En esta última ciudad las tropas japonesas entraron el 13 de diciembre de 1937 desencadenando una campaña de extraordinaria violencia contra la población civil, la llamada masacre de Nanjing, en la que murieron miles de personas.

Tropas japonesas a unos veinte kilómetros al norte de Shangai.

ESTABILIZACIÓN DEL FRENTE:
La invasión japonesa supuso también el final de la persecución a la que el gobierno del KMT había sometido al
Partido Comunista de China. El estado de crisis nacional forzó la colaboración entre el KMT y el Partido Comunista. Aunque Chiang Kai-shek era al principio reacio a esta colaboración con el Partido Comunista, tuvo que aceptarla a raíz del incidente de Xi'an, cuando el mariscal Zhang Xueliang, militar favorable a una alianza entre el KMT y el Partido Comunista que controlaba la región de Shaanxi, detuvo a Chiang Kai-shek en Xi'an, manteniéndolo prisionero hasta que aceptó el establecimiento de un frente común entre el KMT y los comunistas para defenderse frente a la agresión japonesa.
La invasión japonesa permitió así al Partido Comunista reagruparse en su base norteña de
Yan'an, ciudad desde la cual controlaban una parte de Shaanxi y de Mongolia Interior, así como la totalidad de Gansu y Ningxia. Muchos intelectuales afines al Partido Comunista, como la escritora Ding Ling, se unieron a los comunistas en Yan'an, mientras el régimen debilitado de Chiang Kai-shek mantenía un control tenue sobre el sur de China desde la capital provisional de Chonqqing.
A finales de
1938, Japón controlaba el norte y una sección importante del centro de China. No obstante, la negativa de los gobernantes chinos a rendirse, a pesar de los desastres militares, frustraron las esperanzas japonesas de una victoria rápida. En efecto, a inicios de 1939, la política expansionista japonesa empezó a buscar territorios menos "problemáticos" al territorio chino, quedando relegado este frente a un segundo plano militar para los gobernantes japoneses. Esto no significó ningún alivio para las tropas chinas, ya que aunque el avance japonés fue más lento, los chinos no pudieron organizar ningún contraataque coherente.

CAMBIO DEL CURSO DE LA GUERRA: La entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial a finales de 1941 frenó el avance japonés en China. Al igual que en China, la esperanza japonesa de una victoria rápida sobre los Estados Unidos no se concretó, y la llegada al Océano Pacífico de tropas estadounidenses convirtió a la guerra con China en una carga para Japón. Si bien la presencia de tropas japonesas en China limitó el alcance de los bombardeos estadounidenses, se tuvo que mantener una gran guarnición de soldados para controlar a la incontable población china, soldados que sin ninguna duda hubieran sido de ayuda en Birmania o Guadalcanal.
No fue hasta
1944 cuando los líderes japoneses mostraron interés en China de nuevo. Debido a la presencia de bases aéreas estadounidenses en China, Japón lanzó la operación Ichi Go, cuyo objetivo era eliminar estas bases, con lo que detendría los bombardeos en las islas japonesas. Además, se formaría un enlace terrestre con la guarnición japonesa en la Indochina francesa. La operación fue un éxito, pero las bases estadounidenses fueron trasladadas a las recién capturadas islas Marianas
, y los bombardeos sobre Japón continuaron.
La rendición de Alemania en mayo de
1945 selló finalmente el destino de Japón, ya que permitió al victorioso Ejército Rojo soviético intervenir en Manchuria el 8 de agosto de ese año, dos días después de que la bomba atómica fuese lanzada por los Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y un día antes de que otra bomba fuese lanzada sobre Nagasaki. Estos hechos forzarían la rendición japonesa y su retirada de Asia continental.

HECHOS POSTERIORES: El final de la guerra supuso la salida definitiva de Japón del territorio chino. Todo el territorio ocupado, así como Manchuria y Taiwán, volvían a estar bajo soberanía nominal china, y Chiang Kai-shek restablecía el gobierno de Nanjing. Sin embargo, las fuerzas comunistas de Yan'an, muy fortalecidas por los años de guerra y por la intervención soviética en Manchuria, aumentaban su control sobre numerosas zonas de la China rural. La salida de los japoneses daba paso así a una guerra civil abierta entre el KMT de Chiang Kai-shek y los comunistas de Mao Zedong.




viernes, 22 de mayo de 2009

GUERRA CHINO-JAPONESA

PRIMERA GUERRA CHINO-JAPONESA:

Conflicto bélico entre China y Japón que se desarrolló durante los años 1894 y 1895. Ambos países se disputaban el control de Corea y llegó a simbolizar la degeneración y el debilitamiento de la dinastía Manchú. Puso de manifiesto el éxito de la modernización llevada a cabo en Japón desde la Restauración Meiji en comparación con la de China. Japón temía la expansión rusa en el norte de China y Corea, y trataba de lograr conquistas extranjeras siguiendo la ideología nacionalista Meiji. La dinastía Li (Yi) de Corea trataba de preservar su tradicional aislamiento y la relación tributaria con China, la cual, a su vez se esforzaba por proteger a su principal vasallo.


Desde 1875, China había permitido a Japón reconocer a Corea como estado independiente. Después, cuando China trató de reafirmar su influencia sobre su antiguo tributario, estalló la rivalidad con Japón, y la opinión pública coreana se dividió entre reformistas a favor de la modernización y conservadores defensores del aislamiento. En 1894, fue asesinado en Shanghai un reformista coreano defensor de los japoneses, y la secta religiosa coreana tonghak inició una rebelión. El gobierno coreano pidió ayuda a China y los japoneses alentaron la intervención china con el único fin de enviar una supuesta expedición en apoyo de los reformistas coreanos.


El 1 de agosto de 1894 se declaró oficialmente la guerra, a pesar de que con anterioridad a esa fecha ya habían tenido lugar combates en tierra y en mar. El ejército japonés derrotó al chino en varias batallas que tuvieron lugar en las proximidades de Seúl y Pyongyang
, obligándolo a retirarse hacia el norte.La flota del norte de China fue vapuleada por la armada japonesa en la desembocadura del río Yalu, perdiendo ocho de sus doce acorazados, y tuvo que retirarse a las fortificaciones de la base naval Weihaiwei, siendo posteriormente sorprendida por un ataque terrestre japonés en la península de Liaodong, que destruyó los buques del puerto con bombardeos desde tierra. Tras la caída de Weihaiwei el 2 de febrero, y con la mejora de las duras condiciones invernales, las tropas japonesas continuaron avanzando hacia Dongbei Pingyuan (Manchuria). China hubo de pedir la paz y firmar el Tratado de Shimonoseki en abril de 1895. A pesar de que Corea fue reconocida como estado soberano, en la práctica se convirtió en un protectorado japonés, y China tuvo que ceder Taiwan la península de Liaodong y el archipiélago Pescadores a Japón “a perpetuidad”. Además, China tuvo que pagar una indemnización de guerra de doscientos millones de taels, y abrir otros cuatro puertos para el comercio exterior. En la llamada “Triple Intervención”, Rusia, Francia y Alemania obligaron a Japón a devolver la península de Liaodong, pero China fue obligada a pagar otros treinta millones de taels.



Ases japoneses en Manchuria


Este resultado enfureció a los estudiantes chinos e intensificó las presiones en favor de una modernización más radical. Poco después, Sun Yat-sen
fundó el movimiento revolucionario republicano que más tarde se convertiría en el Guomindang. La guerra también alentó posteriores intrusiones japonesas en territorio chino.
Batallas de la Primera Guerra Chino-Japonesa